lunes, 5 de marzo de 2012

Josué


Quiero enseñarte a amarme.

Aún te quiero más que a nadie,
Y me duele tener que dejarnos.
Es horrible el no poder sentirme bien al emocionarme por verte,
Pero, ¿qué otra cosa más podía hacer para salvarnos?

He intentado todo lo que pensé que nunca saldría de mi.
Te he soñado en los mejores sueños y te he pensado en los mejores momentos.
No quiero dejarte ir… ¿pero qué pasa si al mismo tiempo caigo en el abismo?

Al carajo con la gente que dice que el amor no existe,
Porque ellos definitivamente no te han conocido, cómo siempre te decía.
Quiero volver a amarte… pero no quiero volver a perderte.
Entonces, ¿qué hago?
Te suplico que no respondas, porque probablemente sea un:
“Déjame ir…”, y eso no puedo hacerlo.

Puedo dejar de mirarte, y de hablarte, pero jamás te voy a dejar ir,
porque ya eres parte de mi.
Por favor, arregla lo que tengas que arreglar y regresa lo más pronto posible.
No me abandones, porque realmente perderé la conciencia.

Haces que con solo sentir el aire que te atraviesa tan cerca de mi,
Mi corazón se volteé y cambie de posición.
Pero no me dejes, porque te amo…

Todas mis poesías, todas mis lágrimas, todas mis risas…
Son, y siempre serán tuyas, Josué.

Sé que no volverás, y que ya nada va a regresar a su lugar;
Pero solo te pido un favor: “Jamás creas lo que dicen de ti”.
Eres más que lo positivo, y multiplicado por cien lo negativo.
Pero, ¿sabes algo?
Eres lo más exquisito en que he estado tan cerca.

Jamás pierdas la esencia que el mundo carece.
Tú y yo podemos salvar al mundo con tan solo estar juntos.
Y por ti, probablemente lo destruiría, si quieres.

Jamás me olvides, Torre Eiffel.
Deja a todos los Tony’s atrás.

Y nunca le pongas a tu hija Isabel,
Qué probablemente caiga por un Josué
Y nunca, nunca, se pueda recuperar.